Que vueltas, que nieblas que siembras en el llano de mi corazón,
Una trompa de agua que se llevo mis días, mi año, mi calma.
Barrió al quinto carajo mi acomodación
Y me dejo flotando entre lo nuevo del viejo
Y lo viejo del nuevo.
Rabia y pasión.
Inseguridad por no conocer el guión
De una historia tan imprevisible cuanto tu humor.
Diferencias abismales que desaparecían,
Mientras soplaba en los jardines del Turia
Un bello diente de león.
Recuerdos inseguros,
Sagaces deseos
De un rubro pálido.
Frente a una sensación de culpa,
Frente a un deseo inexorable.
Frente al cliché inevitable
Del amor cuando se expresa.
Mas una vez me azoto contra el tiempo,
El verdadero dios de este mundo
Bueno y perverso como solamente el
Lo sabe ser.
Ernesto Molinas
0x/01/2008
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